En nuestro país se registra en Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Yucatán, Morelos y el Estado de México. Actualmente afecta a 21 países de América Latina y en el mundo hay entre seis y siete millones de personas infectadas, 100 millones están en riesgo y por su causa ocurren 12 mil muertes al año, señalaron especialistas de la UNAM y de la Secretaría de Salud.
Ocasionada por el parásito Trypanosoma cruzi, que llega al torrente sanguíneo mediante la picadura de la chinche besucona, puede expresarse después de 10 o 20 años de ocurrida la picadura, y causa insuficiencia cardiaca.
En conferencia de medios en la Facultad de Medicina (FM), a propósito de la conmemoración de los 110 años del descubrimiento de esta afección, Margarita Cabrera Bravo, coordinadora de Ciencias Básicas de la FM, destacó que este padecimiento ocurre en 21 países de América Latina, con mayor frecuencia en Argentina, Brasil y México.
Corazón y neuronas
En el auditorio Fernando Ocaranza, Paz María Salazar Schettino, jefa del Departamento de Microbiología y Parasitología de la FM y quien encabeza un grupo de trabajo con más de 50 años de labor en el área, comentó que el parásito puede invadir cualquier célula de nuestro cuerpo, excepto el eritrocito (célula sanguínea), “pero tiene predilección por dos tipos de células importantes: el músculo y la neurona”.
En el corazón el parásito destruye las neuronas del haz de His, una formación intracardiaca consistente en un fino cordón de naturaleza muscular que forma parte del sistema de conducción del corazón. “Esto ocasiona alteraciones del ritmo cardiaco”, explicó.
Cuando afecta al músculo, llega a producir un adelgazamiento del ventrículo izquierdo, produciendo un aneurisma, y puede provocar la muerte.
Respecto a las manifestaciones clínicas, Salazar indicó que éstas son disnea (ahogo o dificultad para respirar), taquicardia y palpitaciones. Para el tratamiento antiparasitario específico solamente existen dos fármacos, ambos con efectos tóxicos.
La universitaria recomendó controlar las chinches al interior de las casas mediante el mejoramiento de la vivienda (especialmente piso firme), educación para la salud y empleo de insecticidas.
Para las especies que viven fuera de las casas pueden usarse mosquiteros y mallas en puertas y ventanas, y tener control biológico.
Por último, Yurika Manuel Valencia, del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, de la Secretaría de Salud, señaló que a 110 años de su descubrimiento, la enfermedad de Chagas es considerada la parasitosis más grande de América Latina.
En el país se han identificado 39 especies vectores, y por lo menos 21 de ellas se han encontrado infectadas con el parásito Trypanosoma cruzi. “Las condiciones de la vivienda en muchas áreas del país favorecen la presencia del transmisor y el riesgo de adquirir la enfermedad”.
Actualmente, explicó, la Secretaría de Salud tiene en marcha el Programa de Acción Específico para la Vigilancia, Prevención y Control de la Enfermedad de Chagas, que incluye una visión de control integrado.
Contempla dos tratamientos para eliminar al parásito y disminuir la probabilidad de desarrollar complicaciones crónicas, así como contribuir a la interrupción de la cadena de transmisión.
En los últimos seis años, la Secretaría de Salud ha otorgado el tratamiento a unos dos mil pacientes, que representan el 41 por ciento del total de casos notificados en el mismo periodo, concluyó. (Boletín de la UNAM)