No son comunes estos días de frío, o como se dice popularmente en Yucatán, de heladez que, aderezado con la humedad, cala hasta en las partes íntimas, sobre todo al momento de sentarse en el inodoro para culminar la “necesidad número 2”.
Pues parece que hasta los temas políticos se conjugaron para empezar 2018 con temperaturas cercanas a los cero grados, o sea, ni frío ni calor, ¿pueden creerlo?
De todas maneras, ayer domingo amaneció con la noticia de que el Partido Acción Nacional lanzó sus principales canicas al duelo: Mauricio Vila Dosal, virtual precandidato de “nombre” a la gubernatura de Yucatán, solicitó licencia en el cabildo y después se lanzó para registrarse ante el Comité Directivo Estatal de su partido, en un mero hecho burocrático, pero que cumple con las reglas del estilacho.
Pero no fue solito y su alma. Finalmente, salió el “bueno” para la alcaldía de Mérida y la responsabilidad de mantener al bando panucho como poseedor de la “joya de la corona” recayó en Renán “Reni” Barrera Concha, ex alcalde en el período 2012-2015 y que también tuvo su período polémico en el asunto de las lámparas chinas contratadas por la priísta Angélica Araujo Lara, ya que canceló en contrato de arrendamiento de esas luminarias y se armó el show. Al final, la Suprema Corte de Justicia de la Nación sentenció que le correspondía la razón a la empresa demandante y no a Barrera Concha. Pero ese tema se ventilará en su momento.
El caso es que Renán Barrera salió como el candidato idóneo, de acuerdo a estimaciones de la Dirigencia Nacional de Acción Nacional que ahora encabeza Damián Zepeda, en sustitución del llamado “chico maravilla” Ricardo Anaya, abanderado de la coalición “Al Frente por México”. No hay más por decir. Con esta decisión, Cecilia Patrón Laviada, con poderosa infraestructura política trabajada a lo largo de varios años, quedó fuera. Todavía se desconoce el destino de la “Huera”, actual directora de Desarrollo Social del ayuntamiento, pero de que hay descontento ni hablar.
Sin embargo, hay determinaos puntos básicos que distinguen, por el momento, la elección de los panistas en los llamados cargos clave: la aparente unidad, la disciplina y el oportunismo mediático.
Mauricio Vila y Renán Barrera sostuvieron una pugna interna para la gubernatura, pero los órganos panistas centrales observaron que era el momento del alcalde en funciones. Su chamba lo puso adelante que se complementó con su carisma. Vila sabe sonreír en el momento oportuno y como empresario que es, no olvidó dar pasos fríamente calculados (como dijera “El Chapulín Colorado”). Aquí, el valor mediático. Después llamaron a la unidad con los liderazgos más notables y, por ende, todos se disciplinaron. Resultó un proceso más sencillo que en el lado contrario.
A diferencia del bando panucho, los priístas enfrentaron un largo proceso de desgaste entre siete suspirantes. Y como nadie se ponía de acuerdo, pues el gobernador Rolando Zapata Bello, con sus credenciales del “mandatario mejor posicionado” del país, tomó el toro por los cuernos y apostó por Mauricio Sahuí Rivero. El presidente Enrique Peña, la dirigencia nacional del PRI (que no siempre es tomada en cuenta) y Pepe Toño Meade, el responsable de conducir al tricolor y a sus partidos satélites lambiscones (Nueva Alianza y Verde Ecologista) al triunfo, no chistaron. Rolo aseguró que él puede sacar la elección. Adelante, pues. No obstante, el malestar es generalizado y las heridas no cicatrizan todavía y, es muy probable, que no lleguen a cauterizar del todo. Allí se podrían fugar muchos votos.
En cambio, el PAN dio otro golpe mediático y en un clima frío mandó a sus correligionarios y a sus adversarios un mensaje para calentar los ánimos: vamos unidos (sin descartar del todo las apariencias). Vila Dosal y Barrera Concha se registraron muy juntitos, que no revueltos, y la batucada de los blanquiazules dio otro golpe mediático.
Ahora, el PRI está en otro proceso desgastante para conocer al mero mero que contienda por la llamada “joya de la corona” y no se ponen de acuerdo. Si bien el tricolor sacó primero que el PAN a su abanderado gubernamental, ahora el albiazul le remontó la partida. En el PRI se habla de Panchito Torres Rivas y, más recientemente, de Víctor Caballero Durán, secretario estatal de Educación, y hasta del jovenazo Jorge Sobrino Argáez, director del Conalep, cuyo padre es el reconocido político Carlos Sobrino Sierra.
La pregunta es si Rolando Zapata también se la jugará con el candidato a la alcaldía de Mérida, así como se embarcó personalmente en el relevo del Poder Ejecutivo. Pero mientras más tiempo pase, el PRI enfrentará otro nuevo desgaste y de no contar con un abanderado adecuado, los sufragios en Mérida para Mauricio Sahuí empezarán a escasear. No olvidar que la capital yucateca representa casi el 50 por ciento del total del electorado del Estado. Urge que el Revolucionario Institucional le ponga el cascabel al gato en Mérida.
Ah, como al mediodía de ayer, Roberto Rodríguez Asaf renunció a la Secretaría General de Gobierno. Las especulaciones vuelan. ¿Irá por Mérida? De ser así, sería la Crónica –del PRI- de una muerte anunciada. Chance y le coordina su campaña a Mauricio… pero Sahuí Rivero.
De entrada, el PAN ya comenzó a mostrar el músculo, claro, con su “pizca” natural de apariencia. Y es que recuerden, damas y caballeros, en “grilla” la forma es fondo.
Amiguitas y amiguitos, ya saben: sugerencias para sigamos bebiendo chocolatito bien caliente en estos días de “temor nachal” (por aquello del baño), enviarlas a Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. y/o Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
