“No le podemos fallar a nadie y aquí en Kanasín tenemos que cumplir al 100 por ciento lo que estamos diciendo…vamos a cumplirle a esta gente que está confiando en nosotros. No voy a doblar las manos ni voy a dejar un minuto de hacer política, porque así se gana, trabajando de frente, construyendo un gran proyecto”, aseguró el candidato a la alcaldía.
Las necesidades y condiciones de la gente representan un enorme mosaico. María Irma Solís, de casi 80 años, vende sandalias en su propia casa desde hace 15 años para ganarse la vida, y con la pandemia casi se va a la quiebra. Un par de jóvenes, Sergio Maldonado y Paulina Gómez, dijeron que necesitan oportunidades de trabajo.
Por eso Carlos Moreno, al final de la caminata expresó que “no le podemos fallar a la gente que está depositando su confianza en nosotros”.
Que no le puede fallar a don Eliodoro Yam, albañil, que requiere más oportunidades de trabajo para atender a su familia, tampoco puede fallarle a un joven que se le acercó para manifestar su molestia contra los policías “corruptos” de la actual administración y menos a doña Alma Cetina Euán, quien en una pequeña carriola vende dulces todo el día por las calles de Kanasín que, a sus 44 años, tiene graves problemas del riñón por lo que la tienen que dializar con regular frecuencia.
En la campaña de Carlos Moreno, de Morena, la gente tiene nombre. Como la de doña Margarita Chin y su esposo Pedro Baas Mena, quienes desde hace 6 años tienen una tienda en la calle 19, que trabajan duro para salir adelante todos los días.
Moreno se detuvo a comer una torta de cochinita con Don Crosh (Aquileo Ak Ek), quien desde hace 10 años vende en su propio negocio de la calle 19, de 5 de la mañana hasta que el producto se termine.
Quizá fue pura coincidencia, pero cuando estaba por cruzar hacia la calle 19, un contingente de simpatizantes de otro partido salió sobre la 16, y tuvo que detenerse ante la gran cantidad de seguidores de Moreno que caminaba agitando banderolas, marchando, casi casi, al ritmo de la batucada, de los alegres jingles de campaña.
Carlos, al parecer, ni se dio cuenta de ese detalle, pues él continuó saludando, escuchando y conversando con la gente que salía a las puertas de sus hogares para atenderlo, como el caso de Sebastián Canché, de 77 años, que vive de la caridad del pueblo o el caso de Francisca Morales, quien tiene un negocio de venta de tortillas, que cuando vio a Carlos le dio hasta consejos: “Debes de trabajar bien, ayudar a la gente más pobre”.
También pasó por la casa de un par de señoras de la tercera edad: María del Socorro Ek, de 76 años, que cuida, de manera bondadosa, a su amiga Juana de la Cruz Ramírez, de 73 años, postrada en su hamaca, víctima de una enfermedad de la tiroides. Ella, desde su hamaca, sólo mira hacia la calle, como una distracción a sus problemas.
Al final de la ruta dirigió un mensaje a los que lo acompañaban: “Si ya tenemos a la gente, tenemos un equipo, tenemos un líder, tenemos un partido, vamos a ganar este 6 de junio con Morena y con Moreno”. Los simpatizantes contestaron con aplausos y muestras de mucho cariño.