La activista reconoció que tiene información de 17 tentativas de feminicidio en el año, cuando las cifras oficiales marcan solo cuatro. Eso ocurre debido a que cuando se crean las carpetas de investigación ponen “violencia” en lugar de “feminicidio”, para las la impresión de que “en Yucatán no pasa nada”, explicó.
Se ha pedido información a la Secretaría de la Mujer y resulta en una aparente disminución en las denuncias por violación, lo cual calificó como “burdo e irrisorio”, porque al día se registran cinco violaciones de niños, niñas y adolescentes en Yucatán. Muchos casos ocurren entre menores de cuatro años o niñas de entre 8 y 12, embarazadas por violación, y no se sigue la norma 046 de una atención integral porque al interior del estado “no hay psicólogos, no hay retrovirales, no hay pastillas de emergencia”, manifestó.
“Es terrible la situación de las niñas y mujeres en el interior del estado, al día tengo tres o cuatro llamadas cuando antes solo tenía una”, dijo.
Indicó que los casos de abuso sexual y violación ocurren porque las tradiciones y costumbres de Yucatán continúan, debido a la falta de campañas de prevención y educación. “E papá dice vamos a jugar, quítate la ropa, vamos a jugar, la niña no sabe que es víctima de abuso sexual y de una violación, porque no tenemos campañas de prevención y educación, no podemos trabajar solo con mujeres; hay que trabajar a la par con hombres y mujeres”, expresó.
Sin embargo, la red institucional de atención a hombres no funciona, no se trabaja con esa parte, enfatizó.
“Cuando se solicitó la alerta por violencia de género se avanzó un paso, pero con el nuevo gobierno, en lugar de retomar lo hecho, empezamos de cero, tiempo, esfuerzo y dinero tirado”, manifestó Salas Salazar.
Afirmó que la Secretaría de la Mujer tiene que evaluar qué sirve y qué no, tomar lo que sirve, y dar presupuesto, para acciones, programas, cápsulas en maya para quienes no saben leer, qué hacer para prevenir un embarazo a edad temprana. (Paul Antonie Matos)
