Es decir, “tenemos más población de pobres en términos absolutos (debido al aumento poblacional), aunque se registra menor porcentaje”, explicó Delfino Vargas, investigador del PUED.
Observamos un decremento de 49 a 48.8 por ciento en 10 años sólo en pobreza por ingreso. Hoy día este rubro se mide de manera multidimensional, por eso abarca una década.
En cuanto a la pobreza extrema, pasó de 11 por ciento en 2008, a 7.4 por ciento en 2018, y el número de personas en esa condición disminuyó tres millones, al pasar de 12.3 a 9.3 millones en el mismo periodo.
En el año 2018 entre los indicadores de las carencias sociales se muestra que el acceso a la seguridad social pasó del 65.0 al 57.3 por ciento; el acceso a la alimentación pasó de 21.7 a 20.4 por ciento, y el servicio básico de vivienda de 22.9 a 19.8 en la década de referencia.
En el mismo lapso, el acceso a los servicios de salud pasó de 38.4 a 16.2 por ciento, lo que representó una disminución de 57.9 por ciento; en lo referente a la calidad y espacio de la vivienda, explicó el investigador del PUED, el registro era de 17.7 por ciento en 2008, y de 11.1 por ciento en 2018, baja atribuible en gran medida a las viviendas incluidas en el Programa Piso Firme.
“La disminución de la pobreza es espuria, porque se considera un decremento en cifras absolutas y en realidad aumentó el número de pobres, porque la reducción es atribuible solamente a la política social. Si medimos la pobreza por ingreso no hay cambios”, subrayó.
El universitario dio a conocer los datos recabados por el PUED y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) durante 10 años de medición de la pobreza en México, así como sus avances y retos en política social. Delfino Vargas refirió que las entidades con el mayor porcentaje de habitantes con escasos recursos son: Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz.
“Las políticas sociales están vinculadas a las carencias sociales; es decir, ahí observamos una disminución, pero el reto ahora es crear nuevas políticas que no se dirijan exclusivamente a los indicadores, como sucedió en sexenios anteriores.
“En nuestros análisis observamos que las carencias sociales, en términos de una década, se incrementaron”, remarcó.
El grupo del PUED, donde participa también el técnico académico Servando Valdés, apoyado por los estudiantes de la Facultad de Economía Juan Diego Gómez y Leonardo Brandon, realizó este ejercicio de tal manera que cuando el Coneval dio a conocer sus resultados, “nosotros ya teníamos el cálculo terminado”.
Haremos el mejor esfuerzo para tener en dos años acceso a esas mediciones y volver a salir a la par del Coneval, y así contar con nuevos indicadores, dijo.
El investigador universitario dio a conocer la relevancia que tiene el Coneval y la UNAM en este ámbito, y aseguró que desde el PUED “estaremos pendientes de la medición para urgir a un cambio de política social en México”. (BOLETÍN DE LA UNAM)